Transcripción |
Depeche Mode: "Algunos dirán que estamos viejos"
Andy Fletcher. Una de las tres patas de la banda que
tocará el 17 de octubre en la Argentina explica porqué
siguen tocando juntos 30 años después de sus inicios. Y
cuenta cómo fue superar los problemas por drogas y
depresiones de los músicos.
Esta gira es muy rara. Dimos algunos de nuestros mejores
conciertos, pero también fue la más calamitosa. El
primer día murió mi padre. Al tercer día a Dave le
diagnosticaron cáncer, aunque fue una operación muy
simple, porque se lo detectaron temprano. Encima, se
lastimó una pierna durante un show en Bilbao y hubo que
cancelar más fechas. En San Francisco y San Diego se
quedó sin voz. En toda nuestra carrera no suspendimos
muchos shows, pero en esta gira... Algunos dirán que
estamos viejos".
Desde Londres, Andy Fletcher se ríe del paso del tiempo:
el año que viene Depeche Mode cumple 30 años, pero sigue
de gira a pesar de los pesares. Que, como para toda
banda que se precie de tal, serían básicamente dos:
drogas -Dave Gahan, el cantante, fue heroinómano e
intentó suicidarse- y fricciones internas (sobre todo
entre Gahan y Martin Gore, el cerebro del grupo).
Además, Fletcher estuvo deprimido. Pero todo esto fue en
los '90: ahora, cuenta el tecladista, el trío está
limpio y armonioso. Y vivo.
¿Cómo hicieron para sobrevivir?
Nunca pensamos que íbamos a durar 30 años; creíamos que
sólo duraríamos dos o tres. Tuvimos continuidad en
lanzar buenos discos, tratamos de adelantarnos a nuestra
época y de componer buenas canciones, y además
trabajamos mucho. Pero, en realidad, no puedo
explicarlo. Es increíble estar aquí, 30 años más tarde,
hablando con alguien de la Argentina y siendo tan
populares como siempre.
La canción "Fragile Tension" dice: "hay una frágil
tensión que nos mantiene en movimiento". ¿Describe el
momento actual de la banda?
No... Podría describir la situación de hace un tiempo. A
veces, la tensión es buena dentro de un grupo. De hecho,
es la electricidad creada por las distintas
personalidades la que caracteriza a una buena banda.
Pero en este momento el clima en Depeche Mode es muy
bueno.
Quizás el hecho de que ustedes tres vivan en distintas
ciudades los ayudó a mantenerse juntos.
No lo sé. En nuestras primeras épocas, en los '80 y '90,
toda nuestra vida era sólo Depeche Mode, y estábamos de
gira y grabábamos discos constantemente. Todos vivíamos
en Londres, muy cerca uno de otro. Pero ahora cada uno
tiene su familia: Dave y Martin se casaron con mujeres
estadounidenses y se mudaron allá. Quizá por eso nos
llevamos bien, sí, pero nos hemos llevado bastante bien
en general.
¿Cómo se conjuga la vida familiar con una banda de rock?
Quizá era más difícil en los comienzos de nuestra
carrera, cuando podríamos haber dejado todo por Depeche.
Pero ahora trabajamos en períodos de tres años: hacemos
un álbum, salimos de gira y nos tomamos un año de
descanso para dedicarnos a nuestras familias. Nuestros
hijos, desde que eran chiquitos, están acostumbrados a
que salgamos de viaje y luego volvamos a casa.
Tocaron en la Argentina en 1994, una época difícil para
Depeche Mode. ¿Qué recordás de esos años?
En ese momento yo estaba muy enfermo: sufría una
profunda depresión. Tuve que abandonar la gira y volver
a casa. No hice el tramo su-
damericano. Fue la única vez en la historia de Depeche
Mode en que no estuve en el escenario. Pero yo no era el
único que tenía problemas, los demás también estaban
bastante mal. Sin embargo, fue en esos años cuando
compusimos algunas de nuestras mejores canciones. Me
hubiese gustado estar menos loco y haber compuesto buena
música de todos modos, pero a veces las cosas no
funcionan así.
¿Cómo se explica?
Muchos grandes discos de la historia fueron hechos en
situaciones de locura: a veces pueden ser beneficiosas
para el clima creativo. Martin escribía canciones
geniales, Dave cantaba muy bien. Fue una época dorada
para nosotros, y perdimos el control: todo se volvió
demasiado grande. Emprendimos una gira, la Devotional
Tour, que era monstruosa: incluía 190 conciertos. Fue
demasiado. Eramos muy populares: creíamos que podíamos
lograr cualquier cosa que intentáramos.
Y no pudieron.
En realidad sí, lo logramos. Pero ahora, cuando pienso
en aquella época, no puedo recordar demasiado. Pese a
todo, fue un muy buen período para Depeche Mode. Igual,
nos gusta nuestra situación actual, que es mucho más
tranquila y nos permite disfrutar de la mutua compañía.
Disfrutamos al hacer el último álbum, Sounds of the
Universe. La vida continúa: cuando sobrevienen épocas de
locura, uno tiene que creer que después puede llegar a
ser una persona más fuerte.
Quizá lograron sus objetivos, pero pagaron un precio
demasiado alto.
Por suerte estábamos rodeados de buena gente y pudimos
salir adelante. Alan Wilder se fue de la banda y
nosotros seguimos firmes.
¿El problema de salud de Dave Gahan los acercó?
Estábamos muy cerca uno del otro mucho antes de lo de
Dave, cuando grabamos el álbum. El clima que reinó
mientras lo hacíamos fue el mejor de todos nuestros
discos.
Ahora tienen que hacer vida sana, sobre todo Gahan.
¿Cómo se las arreglan para alejarse de las tentaciones
durante las giras?
Dave es de Narcóticos Anónimos. Martin no ha tocado una
droga en cuatro años. Y, en cuanto a mí, estoy más
moderado. Pero igual la pasamos bien cuando salimos de
gira: jugamos mucho al metegol.
¿Cómo hiciste para superar aquella depresión?
Vi a los médicos y terapeutas indicados, igual que
debería hacer cualquiera que sufriera depresión. El
problema de la depresión es que no se la ve como algo
muy propio del rock and roll; en cambio, la adicción a
la heroína sí es muy del rock. Las personas deprimidas
de la industria musical no despiertan mucha compasión.
No sirven para los títulos.
¿Cuánto hay de marketing en el rock alrededor de las
drogas y la rehabilitación?
Es que a los periodistas les encantan esas noticias,
especialmente en Inglaterra. Siempre nos preguntan sobre
la época en que Dave se drogaba, aunque fue hace mucho.
Eso siempre sirve para sacar un título de las
entrevistas. Nosotros no le damos importancia, pero a
los periodistas les gusta. Vende diarios.
Gahan es el cantante y Gore, el principal compositor.
¿Vos sos el que mantiene a la banda unida?
No, todos somos responsables de mantener el grupo unido.
En una banda no todos pueden estar adelante: tiene que
haber alguien que esté atrás. Yo estoy muy contento de
estar en segundo plano y mirar cómo tocan Dave y Martin.
¿Estás entre dos egos y tenés que tratar de mantenerlos
tranquilos?
(Ríe) Es raro. Dave y Martin no tienen tanto ego. Es
difícil de creer, ¿no? Quizá nos mantuvimos juntos tanto
tiempo porque mantuvimos nuestros egos bajo control.
¿Cómo imaginás los próximos años de Depeche Mode? En el
dvd de "Sounds of the Universe" decís que esperás no
estar de gira a los 60.
A los 60 me gustaría estar tirado en alguna playa, pero
la música es una actividad extraña, es una droga muy
potente. A la gente le gustan los Rolling Stones y todos
esos grupos que todavía hacen giras. Nosotros estamos
haciendo buenos discos. No somos una banda que tenga
ambiciones gigantescas, no tenemos un plan maestro como
U2. Ellos probablemente tienen planeados los próximos
diez años. Nosotros sabemos que queremos completar esta
gira, descansar un tiempo y después ver qué hacemos.
Estuviste dos veces en Buenos Aires como dj. ¿Te
sorprendió la cantidad de fanáticos de Depeche Mode que
hay por acá?
Sí, porque no hemos pasado mucho tiempo en América del
Sur. Nos habían dicho que éramos populares, pero cuando
fui... Me gusta hacer giras como dj porque la maquinaria
no es tan grande como la de Depeche Mode. Hay pocas
personas a tu alrededor. Tenés más oportunidad de
recorrer la ciudad que cuando llega toda la banda. Creo
que la cosa va a ser un delirio cuando lleguemos a
Buenos Aires.
¿Qué sentís cuando leés o te dicen cuánto influyó
Depeche Mode en otros grupos?
Les advertimos que nosotros tenemos nuestros héroes,
como Kraftwerk o Bowie. Es un honor para muchas bandas
de hoy decir que influimos en ellas. Y es lindo, porque
desde fines de los '80 tuvimos que pelear por la música
electrónica en un momento en que el rock era muy
popular. En aquella época no le gustábamos a nadie, por
eso es genial que ahora le gustemos a todo el mundo.
Ganamos la batalla.
Cómo es el show que se vera aquí
Cuando Andy Fletcher dice que durante esta gira (Tour of
the Universe) Depeche Mode hizo algunos de sus mejores
conciertos, hay que creerle. Al menos, por lo visto en
el Bank Atlantic Centre de Fort Lauderdale a principios
de este mes: allí, ante las 25 mil personas que agotaron
las entradas, la banda demostró que tiene pasado pero
también presente. Pese a todos sus problemas de salud
-de antes y de ahora- a Dave Gahan se lo ve rozagante,
intactas la voz y la química con Martin Gore. Además de
Fletcher en teclados, en el escenario la banda se
completa -como desde hace más de una década- con el
también tecladista Peter Gordeno y el baterista
Christian Eigner, que le imprime un sonido poderosísimo.
Una vez más, la puesta en escena de Anton Corbijn -el
artista holandés que cambió el estilo visual del grupo a
fines de los 80- es notable, con una gigantesca bola de
boliche donde se proyectan imágenes que se complementan
con las de la pantalla gigante ubicada tras los músicos.
¿La lista de temas? Cinco nuevos (incluyendo Wrong, el
hit de Sounds of the Universe) y una colección de
clásicos (con una gran versión de A Question of Lust,
casi a capella, a cargo de Gore). Difícil que los fans
se vayan decepcionados.
|
|